viernes, 11 de septiembre de 2015

Parte 3

Era verdad que la hoguera se estaba llenando de gente. Eso sí, aquí hay poca gente que siga en sus trece... Mientras nos hacemos un hueco en todo ese follón no puedo evitar preguntarme quién será el pobre que recogerá mañana todas las botellas y latas que queden tiradas por el suelo...
-¡Madre mía! Me alegro de gastar el dinero en cosas guays... Tomad, probad, ¡está buenísimo! -exclama Amy de pronto. Se ha comprado una botella de vodka de un sabor nuevo para su paladar y no estaba nada segura de haber hecho bien, a pesar de las insistencias de Tess para convencerla de que le iba a encantar...
Ojalá me gustase más el alcohol. Ojalá fuera capaz de beber como lo hacen todos a mi alrededor y dejar de ser la única con dos dedos de frente en esta fiesta. <<Y en todas las demás...>>. Bueno, sí, en esta y en todas. Aunque ya que esta iba a ser en una hoguera, podríamos haber traído de verdad nubes o alguna chuchería. <<Al menos tenemos el vodka con sabor a regaliz de Amy...>>. Pero, por otra parte, esto es tan dulce y sabe tan bien que me está costando bien poco jugar a Yo Nunca, y eso no es propio de mí... ¿Estaré bebiendo más de la cuenta...? Y de repente Jason interrumpe mis pensamientos: se ha puesto a hablar de un perro rosa con orejas de elefante. ¿¡Qué narices...!?
-Vaaaaale, chicos, creo que he llegado a mi límite. Acabo de oír no sé qué de un perro-elefante rosa y he colapsado -si no les hubiera hecho reír no me habrían dejado parar de jugar. Bueno, más bien si no me hubiera reído yo también... Pero es imposible no reír al pensar en perros rosas con orejas de elefante-. Voy a dar un paseo, ¿vale? Necesito que me dé el aire.
-Espera, voy contigo, o empezaré yo también a hacer combinaciones raras de animales... -la verdad es que Amy tiene un don especial para eso. Me mira con los ojos demasiado abiertos cuando se escucha por detrás la palabra "abejonejo" seguida de carcajadas. Tess... Nos echamos a reír nosotras también y nos alejamos del grupo esquivando borrachos.
-Vaya, ¡cuando pensé en tomar el aire no creí que fuera a hacer tanto frío! -y ambas dos nos cruzamos de brazos asintiendo con la mirada. Me gusta estar con Amy, es muy fácil sentirse cómodo con ella. O, al menos, a mí me lo resulta. Es de las pocas personas con quien puedo estar largos ratos en silencio y no sentirme incómoda. Sobre todo porque ella habla por los codos... Su mejor virtud.
-Bueno... -y, efectivamente, me ha dejado estar un rato callada, pero está claro que no sabe medir el tiempo cuando no está del todo sobria-. ¿Qué os traéis entre manos ese tal Drew y tú? Parece que ya os conocíais...
Por alguna razón, todavía no me ha dado tiempo a hablarles a mis amigas de Drew. Compartirlo con los chicos me da igual, pero sé que ellas se mueren por saberlo todo. Sonrío a Amy a modo de disculpa y me vuelvo a girar hacia adelante.
-Lo cierto es que nos conocemos desde hace tiempo. Íbamos a la misma clase en el instituto.
-Pero... Te mira como si aun conociéndote le costara reconocerte. No te mira como miras a alguien a quien conoces bien... ¿Sabes?
-Eso es porque la Cass actual se parece poco a la de hace 4 años. Yo antes... Bueno, digamos que era muy distinta a cómo todos me conocéis hoy.
-Pero... ¿Para bien o para mal? -me mira enarcando una ceja. <<¡Está pensando mal!>>. No puedo menos que reírme.
-¿Tú qué crees? ¿He mejorado o he empeorado?
-¿Se puede estar peor? -Ahora soy yo la que enarca una ceja.
-Serás... -y nos echamos a reír. Por eso la quiero tanto, nadie puede meterse conmigo así sin hacer que me enfade.
Bueno, Tess sí. Pero nadie más.
-Venga, idiota -se calma y entonces me mira muy seria de repente-. Sabes que es verdad... -y vuelve a reírse. Y yo me río con ella de nuevo.
-Rubita, estás tentando mucho la suerte esta noche... Yo que tú tendría más cuidado.
-Pfff, por favor, ¡pero si te dejo beber de mi botella! Solo por eso, está todo perdonado, nena.
-¡No me llames nena! ¡Serás cursi! -la empujo hacia su derecha con el culo, y en ese momento le vibra el móvil. <<Adam, qué te apuestas>>.
-Espera, es Adam -<<Bingo. Me debo una nube de azúcar>>. Mira el móvil y se le frunce el ceño-. Están viniendo para acá. Dicen que se van a dormir ya.
-¿Ya? ¿Todos? ¿Estás de coña? No son ni las 2...
-Pues ya ves, parece que hay a quienes no les sientan bien los madrugones... Menos mal que mañana podemos despertarnos a las tantas, comer en lugar de desayunar y pasar la noche despiertos, ¿eh? -y me guiña un ojo. A veces me asusta lo bien que me conocen estas dos Barbies que tengo por amigas...
-Hablando del rey de Roma... Qué, ¿ya bostezando, Adam? Esperaba más de ti... -Adam me sonríe a la par que pasa un brazo por encima de los hombros de Amy y la atrae hacia sí..
-Ya te demostraré mañana de lo que soy capaz. Ahora en cambio... -gira la cabeza hacia Amy y le roza la oreja con la nariz-. Me apetece más irme a la cama -Amy se echa a reír y lo empuja.
-Ah no, de eso nada. ¿Tú no tenías sueño? Pues a dormir... -se separa de él, me coge de la mano y nos arrastra hasta la puerta de la cabaña. No recuerdo haber venido andando hasta aquí...
-Lo siento. Tiene que ser duro que elija a su amiga en lugar de irse contigo... -Amy se ríe conmigo, pero también me empuja a mí.
-Sois lo peor. ¡Me voy a dormir! -Y se mete en la cabaña.
-¡Hasta mañana, espabila'o! -Me despido de Adam y cierro la puerta. Amy se está poniendo ya el pijama pero me mira de reojo todavía riendo-. ¿Tú crees que dormirá solo? -levanto una ceja y luego frunzo el ceño sonriéndola-. ¿O... se hará compañía a sí mismo? -y, como era de esperar, me tira la almohada a la cara con una carcajada.
-¡Eh! ¿Qué pasa? -entra entonces Tess en la cabaña-. ¡Yo también quiero violencia nocturna con plumas! -y viene corriendo hacia nosotras a recargar su armamento.

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