jueves, 30 de mayo de 2013

Una de esas noches que estás enfrente de la pantalla, sin saber qué hacer... Y de repente aparece una canción. Y otra. Y otra... Y te pones a pensar. Y te cansas de pensar y sigues a tu instinto. Una de esas noches.

Le echaba de menos. No sabía muy bien cómo pero cada vez estábamos más distanciados. ¿Qué estaba pasando? Nos queríamos más que nadie... Qué fácil es decir eso cuando no tienes con quién compararte. No nos parecemos a nadie, en ningún sentido.

He salido a buscarle. Estaba en casa calentita, fuera hacía frío, pero le echaba de menos. He salido a por él. Y no sé cómo, pero le he encontrado.

Entro en el recinto del bar y miro la puerta. Qué alta parece hoy... Me siento pequeña. Miro a través del cristal, y... Sorpresa. No está solo.

Me he decidido a entrar, pero me he quedado en la puerta sin saber muy bien qué hacer. No me ven, están muy lejos. Pero les tengo de frente, puedo oír lo que dicen si presto atención. No hay mucha gente en el bar, deben de haberse ido a pasar el fin de semana a otro sitio. Bien, menos jaleo. Me apoyo ligeramente en el marco de la puerta. Pero parece que me caigo, no me sostiene, me encuentro mal. Me separo de él y me quedo en medio mirando. Alguien ha dicho que tengo la mirada perdida. Qué más da.

Ella ríe. Él sólo sonríe levemente.
-Está muy bien este bar, me alegro de que me hayas traído.
-Yo me alegro más de haber pedido esta sidra...
Le besa. Un beso rápido, frío, soso. Él no se mueve, no reacciona. Al contrario, frunce el ceño. No entiendo nada... Y ella tampoco. Se aparta bruscamente. 
-No me lo digas, tienes novia. 
Él no mueve ni un músculo, solo baja la mirada. 
-En realidad... No sé qué somos. 

Creo que he fruncido el ceño. Veo de reojo cómo un hombre con gafas me mira con aires de preocupación. Y yo no salgo de mi mundo... Porque mi Mundo corre peligro, y yo no quiero perder a mi Mundo. Me voy a la barra, no aguanto de pie. Un camarero ha intentado ofrecerme algo. No me he enterado de qué se trataba, me he limitado a negar con la cabeza. Ahora los tengo delante, sentados el uno frente al otro. Ya no sonríen. Parecen ausentes, como si de repente no se conocieran. 

<¿Qué ha sido eso? ¿Qué me ha pasado? ¿Qué era esa punzada que he sentido? Se ha parado el mundo a mi alrededor. No entiendo nada, todavía no...>. Él hace amago de levantarse, pero ella lo detiene con una mano. No quiero ver más... Trago saliva y salgo por la puerta. Casi me choco con una mujer, y creo que él me ha visto saliendo pero no me giro a comprobarlo. Solo tengo ganas de alejarme...
________

¡Mi amor...! ¿Era ella? Joder, ¿lo habrá visto?. Salgo del bar, creo haber visto su capucha girando hacia la derecha. Espérame, quiero estar contigo... Maldito perro, casi me caigo. Espera... ¿dónde te has metido? No desaparezcas ahora... Te necesito.
________

Me aburre la calle, necesito paz. Giraré hacia el paseo, seguro que está prácticamente vacío... Bingo. Las farolas no alumbran demasiado, solo lo necesario para ver por dónde voy. Hace frío. Veo a gente paseando con una fina chaqueta que llevan arremangada, pero yo tengo frío... Oigo a lo lejos ladrar a un perro, parece alterado. Lo busco con la mirada y lo encuentro a mi derecha, corriendo por la playa. De repente la playa me parece un buen lugar por el que caminar... Creo que será mejor quitarse las Converse
________

Mierda, ¿dónde estás? El paseo... No sé por qué, pero cambio de dirección y me dirijo hacia él. Vamos, no puede estar muy lejos. Apenas se ve. ¿Por qué me es tan difícil encontrarte? Sé que estás aquí... Solo veo una pareja paseando, el perro de antes corriendo y una chica agachada, pero no hay rastro de ella... Venga, ¡no puede ser tan difícil! ¿¡Dónde estás!? Necesito verte... Giro a la derecha otra vez con esperanzas de encontrarla, allí parece haber más gente...
________

Mientras me quitaba las zapatillas sentada en el suelo se me ha acercado el perro de antes. Creo que quiere jugar, pero no tengo ganas... Lo siento, pequeñín, no me has pillado en mi mejor momento... Tardaré menos en llegar a casa si me voy por la orilla, así me puedo relajar con el viento en la cara... Buenas noches, pequeñín. Si lo ves, dile que le quiero