jueves, 3 de septiembre de 2015

Parte 1

Echaba yo de menos esto de escribir...


Nos estábamos riendo alegremente cuando apareció Jason, de repente, demasiado alterado.
-¡¡Eh!! Amy, Adam está a punto de pegarse con un tío.
-¡¿Qué!? -exclama ella de inmediato justo antes de salir corriendo.
¿Por qué en los festivales siempre tiene que haber alguna pelea? El ser humano va para atrás... Los idiotas acabarán dominando el mundo.
-Perdona... Perdón... Aparta, por favor. ¡¡Adam!! -y la princesa consiguió llegar hasta su cazurro caballero andante. Y entonces me encuentro con la última mirada que pensaba ver hoy.
-¿Qué narices...? -ahora soy yo la que empuja a la multitud intentando colarse en el círculo que han formado. Otra princesa rescatando a príncipes violentos de futuros dolorosos y amoratados.
-¡¡Mira cómo me has puesto!! ¿¡Es que no tienes ojos en la cara!? -grita Adam con la camisa impregnada de un líquido rojizo oscuro con poca pinta de ir a quitarse en un solo lavado. Amy está ahora entre los dos chicos presionando a Adam por el pecho para que no se avalance, pero dudo que sea capaz de retener mucho más tiempo a su príncipe azul...
-Vuelve a gritarme así y serás tú el que deje de tenerlos -contesta entonces el macho cabrío moreno al que se dirige mi amigo.
-A lo mejor os apetece discutirlo mejor en privado -unos ojos verdes muy intensos se posan entonces sobre mí, y yo me obligo a mirar a Adam intencionadamente -. No creo que os apetezca acabar saliendo en las noticias por una pelea así. ¿Verdad que no?
Adam me mira con odio y Amy con alivio, momento que aprovecha para empujarle ligeramente hacia atrás hasta que quedamos las dos en mitad de todo. Me giro y es justo entonces cuando veo una ceja rota manchando de sangre esos ojos verdes que ahora reflejan más sorpresa que ira.
Drew Compton. Cómo no.
-Se acabó el espectáculo -ni siquiera he tratado de ocultar mi enfado al decirlo. <<Muy bien, Cass, mantente firme>>, me dice una voz en mi cabeza. Y con un ligero movimiento  de cabeza consigo que vuelva la mirada de enfado de Drew-. Tira.
Creo que es la primera vez que este tío me hace caso en algo de lo que le digo. Aunque esta vez más bien se lo he ordenado... Se para en seco justo cuando conseguimos alejarnos de los curiosos que nos rodeaban y se da la vuelta. Nos quedamos mirándonos el uno al otro con el ceño fruncido un buen rato, hasta que suspiro y niego con la cabeza.
-¿Me dejas curarte la ceja? -me mira extrañado pero se limita a asentir, así que, sin darme tiempo a mí misma para poder arrepentirme, me dirijo como una flecha hasta la cabaña donde dormimos Amy, Tess y yo.
Drew no dice nada mientras saco el botiquín y preparo todo, pero siento su mirada sobre mi espalda en cada movimiento que hago y eso me pone muy nerviosa. Dejo la bolsa de algodones y el agua oxigenada sobre la mesa y me dispongo a manchar uno de los discos de Betadine.
-Procura no moverte, aunque puede que te escueza... -y como no deja de mirarme, le cojo de la barbilla y le giro la cara para que esté de perfil.
Sisea levemente cuando se lo desinfecto pero sigue sin decir nada. Vaya, le ha comido la lengua el gato. <<Pues yo le recordaba más hablador... Y con menos mala uva, también>>.
-Gracias -dice cuando termino de ponerle una tirita para suturas.
-No hay de qué -se pasa un dedo por la sien para quitarse una gota de Betadine que le iba a caer justo en ese momento-. Espera... -le limpio los restos con un algodón y termino de recoger la mesa.
-Estás más guapa cuando no frunces el ceño -casi tiro la caja de tiritas a la basura sin querer de lo desprevenida que me ha pillado eso... <<¿Qué?>>
-Acabo de sacarte de una pelea. Qué quieres, ¿que tire cohetes? -le espeto.
-No. Relájate, solo intentaba ser amable -este chico es incorregible...
-Ya, pues no hace falta que lo fuerces. ¿Por qué os peleabais? -y, qué sorpresa, ya se ha puesto otra vez de mal humor. Se pone de pie con un gruñido y vuelve a darme la espalda.
-Tu amigo el cojo se ha tropezado y yo no he querido perder la oportunidad de reírme de él en sus narices. Si no hubiera aparecido su novia la histérica las cosas se habrían puesto divertidas de verdad.
-¿Pero a ti qué te pasa? ¿Desde cuándo eres así de gilipollas? Antes siempre evitabas las peleas y ahora parece que las buscas con todo el mundo. Si mi amiga la histérica, como tú la llamas, no hubiera aparecido, probablemente tendrías roto algo más que una simple ceja. Adam es un armario, por si no lo has notado -y lo peor de todo es que la ha calado de lleno, pero no pienso darle esa satisfacción. Ni de coña.
-Bah, de todas formas, la última persona que pensaba que podía aparecer eras tú... Si llego a saber que había alguien que me conocía no hubiera...
-¿Qué? ¿Retado al armario con patas? ¿De verdad te parece divertido meterte con 4x4 de ese tamaño? ¿Es que no tienes sentido de supervivencia? Venga ya, Drew, no me vaciles.
-Hace más de 4 años que no nos veíamos, y la gente cambia mucho con el tiempo -me espeta, de repente con más dolor que rabia en la voz.
-Ah vale, o sea que has pasado de ser un buen tío a una brújula de problemas, estupendo.
<<Tengo que dejar de soltar esas metáforas y comparaciones...>>.
-Deja ya de llamarnos cosas raras a todos -<<oh, genial>>-. Han pasado muchas cosas desde que nos vimos por última vez, Cassie. Nadie elige en quién se convierte.
Quiero gritarle que no tiene razón, que meterse en líos no puede ser su pan de cada día, pero hay algo en su mirada que me dice que todo esto va más allá de lo que parece. Así que me limito a suspirar y me apoyo en la pared con los labios apretados para evitar seguir discutiendo. Sé que es una espiral de la que ninguno de los dos va a saber salir.
Él también se apoya en la encimera suspirando y pasamos un rato en silencio intentando calmarnos ambos dos. Esto es ridículo. Yo debería estar en la pradera con estos esperando a que empiece el próximo concierto, no en la cabaña discutiendo con un chico al que ya ni siquiera reconozco. ¿Qué puede haber pasado en 4 años para que haya cambiado tanto? 4 años parecen poco tiempo para que una persona pase de ser de una forma a otra completamente distinta en algo tan básico como la forma de reaccionar ante distintas situaciones. Aunque también es verdad que en 4 años pueden pasar muchas cosas... Yo misma he madurado mucho en tan solo 4 años, ya no soy tan inocente como antes y tengo bastante más carácter, pero mi forma de ser sigue siendo igual... Solo se ha acentuado. ¿Entonces...?
-Creo que será mejor que me vaya -dice entonces Drew, rompiendo mi hilo conductor y haciendo que me olvide de dónde me había quedado-.  Mis amigos deben de estar esperando que aparezca, todavía les debo un par de cervezas y querrán su dinero.
<<¿Eso son amigos?>>
-¿Es más importante tu dinero que tu ceja rota? ¿En serio...? -levanto una ceja.
-No. Pero,  de todas formas... -deja escapar una media sonrisa demasiado atractiva- mi ceja ya no es un gran problema gracias a ti.
<<¡¡No te pongas roja ahora, pedazo de idiota!!>>.
-Ya, bueno... De nada -y, muy a mi pesar, soy incapaz de no devolverle la sonrisa.
-¿Te veo luego?
-Si tienes unas gafas de visión nocturna... -intenta levantar la ceja rota pero hace un gesto de dolor y la baja, y no puedo reprimir una risita absurda-. Sí, puede que sí. Pero si te vuelvo a pillar en una pelea, esta vez no pienso sacarte. Y si te rompen la otra ceja, procuraré evitar sentirme mal por ello, sobre todo si tú solito te lo buscas.
Todavía no entiendo por qué mi intimidante dedo índice señalando su cara le ha hecho reírse de esa manera.
-Vale, gatita, guarda las uñas. Hasta luego -¡y se va! ¡Será posible! Es la última vez que se ríe de mí y me deja con la palabra en la boca. ¡La última!
-¿Qué dices? -pregunta alguien de repente y me hace saltar del susto. Tess está en el marco de la puerta con esa sonrisa irónica que sabe que odio en toda la cara.
-¿Eh? ¿Yo? Nada. Quita esa cara de tonta -pero en vez de quitarla se ríe con ganas. Será idiota... Me apresuro a recoger los restos del botiquín que había dejado fuera.
-Venga, gatita, ¡que estamos todos fuera esperándote para ir a la pradera!
Menos mal que ha salido a tiempo de la cabaña, porque esa zapatilla voladora le habría dado en todo el culo y no habría habido quien parara la pelea de almohadas que vendría después...

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