viernes, 11 de septiembre de 2015

Parte 3

Era verdad que la hoguera se estaba llenando de gente. Eso sí, aquí hay poca gente que siga en sus trece... Mientras nos hacemos un hueco en todo ese follón no puedo evitar preguntarme quién será el pobre que recogerá mañana todas las botellas y latas que queden tiradas por el suelo...
-¡Madre mía! Me alegro de gastar el dinero en cosas guays... Tomad, probad, ¡está buenísimo! -exclama Amy de pronto. Se ha comprado una botella de vodka de un sabor nuevo para su paladar y no estaba nada segura de haber hecho bien, a pesar de las insistencias de Tess para convencerla de que le iba a encantar...
Ojalá me gustase más el alcohol. Ojalá fuera capaz de beber como lo hacen todos a mi alrededor y dejar de ser la única con dos dedos de frente en esta fiesta. <<Y en todas las demás...>>. Bueno, sí, en esta y en todas. Aunque ya que esta iba a ser en una hoguera, podríamos haber traído de verdad nubes o alguna chuchería. <<Al menos tenemos el vodka con sabor a regaliz de Amy...>>. Pero, por otra parte, esto es tan dulce y sabe tan bien que me está costando bien poco jugar a Yo Nunca, y eso no es propio de mí... ¿Estaré bebiendo más de la cuenta...? Y de repente Jason interrumpe mis pensamientos: se ha puesto a hablar de un perro rosa con orejas de elefante. ¿¡Qué narices...!?
-Vaaaaale, chicos, creo que he llegado a mi límite. Acabo de oír no sé qué de un perro-elefante rosa y he colapsado -si no les hubiera hecho reír no me habrían dejado parar de jugar. Bueno, más bien si no me hubiera reído yo también... Pero es imposible no reír al pensar en perros rosas con orejas de elefante-. Voy a dar un paseo, ¿vale? Necesito que me dé el aire.
-Espera, voy contigo, o empezaré yo también a hacer combinaciones raras de animales... -la verdad es que Amy tiene un don especial para eso. Me mira con los ojos demasiado abiertos cuando se escucha por detrás la palabra "abejonejo" seguida de carcajadas. Tess... Nos echamos a reír nosotras también y nos alejamos del grupo esquivando borrachos.
-Vaya, ¡cuando pensé en tomar el aire no creí que fuera a hacer tanto frío! -y ambas dos nos cruzamos de brazos asintiendo con la mirada. Me gusta estar con Amy, es muy fácil sentirse cómodo con ella. O, al menos, a mí me lo resulta. Es de las pocas personas con quien puedo estar largos ratos en silencio y no sentirme incómoda. Sobre todo porque ella habla por los codos... Su mejor virtud.
-Bueno... -y, efectivamente, me ha dejado estar un rato callada, pero está claro que no sabe medir el tiempo cuando no está del todo sobria-. ¿Qué os traéis entre manos ese tal Drew y tú? Parece que ya os conocíais...
Por alguna razón, todavía no me ha dado tiempo a hablarles a mis amigas de Drew. Compartirlo con los chicos me da igual, pero sé que ellas se mueren por saberlo todo. Sonrío a Amy a modo de disculpa y me vuelvo a girar hacia adelante.
-Lo cierto es que nos conocemos desde hace tiempo. Íbamos a la misma clase en el instituto.
-Pero... Te mira como si aun conociéndote le costara reconocerte. No te mira como miras a alguien a quien conoces bien... ¿Sabes?
-Eso es porque la Cass actual se parece poco a la de hace 4 años. Yo antes... Bueno, digamos que era muy distinta a cómo todos me conocéis hoy.
-Pero... ¿Para bien o para mal? -me mira enarcando una ceja. <<¡Está pensando mal!>>. No puedo menos que reírme.
-¿Tú qué crees? ¿He mejorado o he empeorado?
-¿Se puede estar peor? -Ahora soy yo la que enarca una ceja.
-Serás... -y nos echamos a reír. Por eso la quiero tanto, nadie puede meterse conmigo así sin hacer que me enfade.
Bueno, Tess sí. Pero nadie más.
-Venga, idiota -se calma y entonces me mira muy seria de repente-. Sabes que es verdad... -y vuelve a reírse. Y yo me río con ella de nuevo.
-Rubita, estás tentando mucho la suerte esta noche... Yo que tú tendría más cuidado.
-Pfff, por favor, ¡pero si te dejo beber de mi botella! Solo por eso, está todo perdonado, nena.
-¡No me llames nena! ¡Serás cursi! -la empujo hacia su derecha con el culo, y en ese momento le vibra el móvil. <<Adam, qué te apuestas>>.
-Espera, es Adam -<<Bingo. Me debo una nube de azúcar>>. Mira el móvil y se le frunce el ceño-. Están viniendo para acá. Dicen que se van a dormir ya.
-¿Ya? ¿Todos? ¿Estás de coña? No son ni las 2...
-Pues ya ves, parece que hay a quienes no les sientan bien los madrugones... Menos mal que mañana podemos despertarnos a las tantas, comer en lugar de desayunar y pasar la noche despiertos, ¿eh? -y me guiña un ojo. A veces me asusta lo bien que me conocen estas dos Barbies que tengo por amigas...
-Hablando del rey de Roma... Qué, ¿ya bostezando, Adam? Esperaba más de ti... -Adam me sonríe a la par que pasa un brazo por encima de los hombros de Amy y la atrae hacia sí..
-Ya te demostraré mañana de lo que soy capaz. Ahora en cambio... -gira la cabeza hacia Amy y le roza la oreja con la nariz-. Me apetece más irme a la cama -Amy se echa a reír y lo empuja.
-Ah no, de eso nada. ¿Tú no tenías sueño? Pues a dormir... -se separa de él, me coge de la mano y nos arrastra hasta la puerta de la cabaña. No recuerdo haber venido andando hasta aquí...
-Lo siento. Tiene que ser duro que elija a su amiga en lugar de irse contigo... -Amy se ríe conmigo, pero también me empuja a mí.
-Sois lo peor. ¡Me voy a dormir! -Y se mete en la cabaña.
-¡Hasta mañana, espabila'o! -Me despido de Adam y cierro la puerta. Amy se está poniendo ya el pijama pero me mira de reojo todavía riendo-. ¿Tú crees que dormirá solo? -levanto una ceja y luego frunzo el ceño sonriéndola-. ¿O... se hará compañía a sí mismo? -y, como era de esperar, me tira la almohada a la cara con una carcajada.
-¡Eh! ¿Qué pasa? -entra entonces Tess en la cabaña-. ¡Yo también quiero violencia nocturna con plumas! -y viene corriendo hacia nosotras a recargar su armamento.

martes, 8 de septiembre de 2015

Parte 2

Ya no sé ni cómo sentarme, solo me falta tirarme sobre el césped y hacer la croqueta... Y eso sería más divertido que el plan que propone la noche, desde luego.
-¿Por qué nadie me avisó de que la mitad de la música que hace esta gente era tan deprimente? Se supone que a los festivales se viene a pasarlo bien, no a terminar los conciertos llorando como si no hubiera un mañana... -no me gusta refunfuñar, pero es que esto es demasiado. El rubio de la batería toca cada vez más fuerte para disimular todos los sapos y culebras que salen por la boca del cantante. Estoy casi segura de que lo hace por eso. En serio.
Tess se echa a reír a modo de respuesta y se arrima más a Jason.
-Pobrecita. Claro, es que ella no tiene con quién distraerse... -levanta la cabeza de repente y me mira con los ojos muy abiertos-. ¡Ey! ¿Vamos a conocer a gente nueva? A lo mejor conoces al amor de tu vida...
¿Por qué siempre tiene que mirarme con esa picardía malévola? Odio que me conozca tan bien...
-Quita, quita. -Me incorporo y me pongo de pie. Madre mía, no siento el culo... Y antes de darme cuenta ya he decidido que cuando vuelva traeré una toalla conmigo que sirva de cojín-. Mejor aún, me voy a por algo de beber a la cabaña y así me despejo un poco. ¿Queréis algo?
-¡No, gracias! De todas formas, ya queda poco de concierto, así que luego iremos para allá -contesta Jason.
-¡Eh, tortolitos! ¡Que Cass ha hecho una pregunta! -exclama Tess riendo, y tanto Adam como Amy se separan sorprendidos con las caras tan rojas como un tomate. Si eso no son besos pasionales, que bajen los dioses del oráculo y lo vean.
-Eh... ¿No? -nunca he visto a Amy dudar tanto al hablar, y resulta extremadamente divertido ver lo perdida que está ahora mismo-. No, no, gracias... Sea lo que sea.
Niego con la cabeza riendo levemente y me alejo de ellos. Debí hacer caso a la voz de mi cabeza que me avisaba de que un grupo impar de personas en un festival traería problemas de este tipo... Y también debí traerme la vela del salón, así al menos tendría compañía.
El césped está abarrotado de gente: sentados en círculos grandes, por parejas, de pie haciendo el tonto o sacando fotos... Y nadie prestando atención a la letra de la canción que suena en este momento. Qué sorpresa, he vuelto a ser la rarita que hace cosas raras que la gente normal no hace. Empiezo a pensar que debería coronarme...
Cuando consigo salir de aquel jaleo no tardo en localizar mi cabaña. Por suerte, esta zona está más despejada de borrachos que el césped...
-Ehhhh, nena, ¡te invito a una cop-p-pa! -suelta un tío desde mi izquierda cuando paso por delante.
<<Vale, puede que sea verdad eso de que soy demasiado optimista...>>. Entro en la cabaña y cierro la puerta de golpe. Qué apetecible está mi cama de repente, tan blandita... Las tentaciones de quedarme aquí en lugar de volver al césped mal cortado y lleno de barrizales de ahí fuera están empezando a ser verdaderamente tentadoras. Menos mal que he prometido que volvería, si no no me haría cargo de mis  decisiones. <<¿Por qué está mi cama tan arrugada?>> Tess... Y mi maniática cabeza me lleva hasta allí a colocarlo todo.
-Vaya, veo que sigues siendo tan perfeccionista como siempre...
Me vuelvo y veo a Drew con una pedazo de sonrisa súper irónica en toda la cara. ¿Cuándo ha aparecido y cuánto tiempo lleva apoyado en el marco de la puerta sin que me haya enterado?
De repente eso empieza a inquietarme...
-¿Cuánto tiempo llevas ahí? ¿¡Me has seguido!? -pregunto alarmada.
-Claro, es mi pasatiempo preferido -se ríe socarrón. Muy socarrón-. Estaba junto a la hoguera y te he visto pasar, sola y desamparada... ¿Sabes que esto está lleno de tíos pervertidos que podrían haberte seguido?
-¿No me digas? ¿Por eso estás aquí? -He oído un sonido agudo dentro de mi cabeza justo en el momento en que mi ceja se ha levantado y una sonrisa muy falsa le ha querido dar la bienvenida-. ¿Les estás ahorrando el paseo? Qué amable... Deben de estar todos muy agradecidos de que les ahorres tanto trabajo.
<<¿Pero qué...? ¿Desde cuándo se me va a mí así la lengua?>>. Este tío saca lo peor de mí y ni siquiera me doy cuenta. Genial.
-Yo creo que me tienen envidia. Al fin y al cabo, el que está aquí contigo soy yo... -Como no cambie la cara de creído tiene le voy a borrar la sonrisa irónica de un golpe con la almohada... <<¡¡Cassie!!, ¡¡Cálmate!!>>.
-Sí, y no porque hayas pedido permiso alguno para entrar -si las miradas matasen, mi sonrisa falsa le estaría salvando la vida por los pelos...
Drew se echa a reír y cierra la puerta. ¿Pero qué...?
-¿Por qué estás tan cabreada? Te pones muy graciosa cuando sonríes así de mal.
Creo que no podría haberle mirado peor. Pero me tiro en la cama y de repente me es imposible no desahogarme.
-Arggg, es por el maldito concierto. ¿Es que nadie le ha dicho a ese tío que las últimas cinco canciones hablan de lo mismo y repite los mismos tacos constantemente? Por Dios, si ni siquiera el batería podía escuchar una sola estrofa más, ¡se estaba dejando las manos ahí arriba! Cosa que le he agradecido, porque con tal de no oírle cantar... -resoplo. Esta noche estoy resoplando mucho, demasiado.
Drew se ha apoyado en la encimera y tiene una cerveza en la mano. <<¡Mi despensa! ¡Me va a dejar sin suministros para la semana!>> Iba a decirlo en voz alta, pero me está mirando otra vez con cara de idiota y no sé si enfadarme más o echarme a reír con él.
-¿Qué? -le espeto.
-Que llevo toda la maldita noche pensando eso mismo.
Vale. Eso no me lo esperaba... Nos echamos a reír a la vez. Al final va a resultar que sí nos seguimos pareciendo en algo después de tanto tiempo, aunque cualquiera lo diría viendo el aspecto que tiene ahora... De repente reparo en él: lleva puestos unos vaqueros y una camiseta negra sin mangas, y se puede adivinar un tatuaje que le cubre todo el hombro. ¡Todo-el-hombro!
-Cómo has cambiado estos años.. -me está mirando serio y ni me había dado cuenta del cambio de gesto. Pero es normal, tiene un tatuaje... ¿Por qué tiene un tatuaje? No es que sea raro, pero estamos hablando de Drew.
-¿Yo he cambiado? Tú tienes un tatuaje... -<<¡¡Cassie!!, !!Pero cómo puedes ser tan bocazas!!>>. Su cara cambia desde la sorpresa hasta la sonrisa irónica. Otra vez...
-Ahora entiendo por qué me comías con los ojos de esa forma.
-¿¡¡Qué!!? Yo no.... -sacudo la cabeza. Qué más da que intente negarlo, si es tan cabezota que le va a dar igual. <<Pero es que sí le estabas comiendo con los ojos, Cass...>>-. ¿Por qué tienes un tatuaje?
-Así que aparte de perfeccionista también sigues siendo igual de directa que siempre... -me acaba de lanzar la primera sonrisa sincera desde nuestro reencuentro-. Me alegra ver que hay cosas que nunca cambian.
-Bueno, en realidad eso no sigue igual, se me ha acentuado bastante... -levanto la mirada y la dirijo directamente a la suya. Para presionar, y eso...-. ¿Me lo vas a contar?
-Puede que lo haga mañana -otra sonrisa sincera. Y ya van dos, señores... Para ser honestos, este Drew me cae mejor que el que se mete en problemas por puro placer y acaba sangrando-.  ¿Y por qué se supone que has venido a este festival si no te gusta la música? En verano hay muchos donde elegir...
-Pfff, Adam encontró entradas baratas y a mis amigos les pareció una buena idea venir todos juntos... Ya ves tú, para acabar dividiéndose por parejas desde el minuto cero. De haberlo sabido, claramente no habría venido. Ni aunque me hubieran insistido durante años...
-¿Quién es Adam? -¿Y por qué se ha puesto tan serio de repente? ¿Qué pasa con este chico?
-El tío con el que te has pegado antes.
-Se le ha ido la mano a él, no a mí. Aunque si llego a saber que la que me va a curar eres tú, habría empezado antes a provocarle... -sonrisa sexy, zas. De esas para las que solo levantas una de las comisuras de la boca... Odio que haga eso.
-De haber sabido que has sido tú el que le ha provocado, no te habría curado, amigo. No des cosas por hecho.
De repente se abre la puerta de golpe y entran dos chicas medio borrachas y muy gritonas que creí que sabían controlarse mejor de lo que ven mis ojos.
-¡Cooooolega, te estábamos esperando! -y de repente repara en que no estoy sola. Mira a Drew y después a mí, y lo repite dos veces más-. Aunque... Esa no es ninguna mala excusa para haber olvidado que ibas a volver con nosotros -¿acaba de guiñarme un ojo?
-Más os vale no acabar hoy lo suficientemente borrachas como para que tenga que traeros en brazos hasta la cama... -y se echan a reír. Los tres. Espera, ¿los tres?
-Venga, mamá, que la fiesta va a empezar. Ya nos regañarás mañana cuando seas la única que se libre de la resaca -repone Tess, y acto seguido me coge de la mano y me levanta de la cama de un tirón. No es que yo me haya hecho la remolona, ni nada...-. ¿Vienes? La gente se está amontonando junto a la hoguera, será divertido.
-¡Oh, no me digas que habéis traido nubes! ¿También vamos a contar historias de miedo cuando estéis todos pedo? -mi sonrisa  irónica ha arrancado una carcajada a Amy y Drew también se ha reído por lo bajo. Tess, en cambio, se limita a mirarme mal. Con lo que yo la quiero...

jueves, 3 de septiembre de 2015

Parte 1

Echaba yo de menos esto de escribir...


Nos estábamos riendo alegremente cuando apareció Jason, de repente, demasiado alterado.
-¡¡Eh!! Amy, Adam está a punto de pegarse con un tío.
-¡¿Qué!? -exclama ella de inmediato justo antes de salir corriendo.
¿Por qué en los festivales siempre tiene que haber alguna pelea? El ser humano va para atrás... Los idiotas acabarán dominando el mundo.
-Perdona... Perdón... Aparta, por favor. ¡¡Adam!! -y la princesa consiguió llegar hasta su cazurro caballero andante. Y entonces me encuentro con la última mirada que pensaba ver hoy.
-¿Qué narices...? -ahora soy yo la que empuja a la multitud intentando colarse en el círculo que han formado. Otra princesa rescatando a príncipes violentos de futuros dolorosos y amoratados.
-¡¡Mira cómo me has puesto!! ¿¡Es que no tienes ojos en la cara!? -grita Adam con la camisa impregnada de un líquido rojizo oscuro con poca pinta de ir a quitarse en un solo lavado. Amy está ahora entre los dos chicos presionando a Adam por el pecho para que no se avalance, pero dudo que sea capaz de retener mucho más tiempo a su príncipe azul...
-Vuelve a gritarme así y serás tú el que deje de tenerlos -contesta entonces el macho cabrío moreno al que se dirige mi amigo.
-A lo mejor os apetece discutirlo mejor en privado -unos ojos verdes muy intensos se posan entonces sobre mí, y yo me obligo a mirar a Adam intencionadamente -. No creo que os apetezca acabar saliendo en las noticias por una pelea así. ¿Verdad que no?
Adam me mira con odio y Amy con alivio, momento que aprovecha para empujarle ligeramente hacia atrás hasta que quedamos las dos en mitad de todo. Me giro y es justo entonces cuando veo una ceja rota manchando de sangre esos ojos verdes que ahora reflejan más sorpresa que ira.
Drew Compton. Cómo no.
-Se acabó el espectáculo -ni siquiera he tratado de ocultar mi enfado al decirlo. <<Muy bien, Cass, mantente firme>>, me dice una voz en mi cabeza. Y con un ligero movimiento  de cabeza consigo que vuelva la mirada de enfado de Drew-. Tira.
Creo que es la primera vez que este tío me hace caso en algo de lo que le digo. Aunque esta vez más bien se lo he ordenado... Se para en seco justo cuando conseguimos alejarnos de los curiosos que nos rodeaban y se da la vuelta. Nos quedamos mirándonos el uno al otro con el ceño fruncido un buen rato, hasta que suspiro y niego con la cabeza.
-¿Me dejas curarte la ceja? -me mira extrañado pero se limita a asentir, así que, sin darme tiempo a mí misma para poder arrepentirme, me dirijo como una flecha hasta la cabaña donde dormimos Amy, Tess y yo.
Drew no dice nada mientras saco el botiquín y preparo todo, pero siento su mirada sobre mi espalda en cada movimiento que hago y eso me pone muy nerviosa. Dejo la bolsa de algodones y el agua oxigenada sobre la mesa y me dispongo a manchar uno de los discos de Betadine.
-Procura no moverte, aunque puede que te escueza... -y como no deja de mirarme, le cojo de la barbilla y le giro la cara para que esté de perfil.
Sisea levemente cuando se lo desinfecto pero sigue sin decir nada. Vaya, le ha comido la lengua el gato. <<Pues yo le recordaba más hablador... Y con menos mala uva, también>>.
-Gracias -dice cuando termino de ponerle una tirita para suturas.
-No hay de qué -se pasa un dedo por la sien para quitarse una gota de Betadine que le iba a caer justo en ese momento-. Espera... -le limpio los restos con un algodón y termino de recoger la mesa.
-Estás más guapa cuando no frunces el ceño -casi tiro la caja de tiritas a la basura sin querer de lo desprevenida que me ha pillado eso... <<¿Qué?>>
-Acabo de sacarte de una pelea. Qué quieres, ¿que tire cohetes? -le espeto.
-No. Relájate, solo intentaba ser amable -este chico es incorregible...
-Ya, pues no hace falta que lo fuerces. ¿Por qué os peleabais? -y, qué sorpresa, ya se ha puesto otra vez de mal humor. Se pone de pie con un gruñido y vuelve a darme la espalda.
-Tu amigo el cojo se ha tropezado y yo no he querido perder la oportunidad de reírme de él en sus narices. Si no hubiera aparecido su novia la histérica las cosas se habrían puesto divertidas de verdad.
-¿Pero a ti qué te pasa? ¿Desde cuándo eres así de gilipollas? Antes siempre evitabas las peleas y ahora parece que las buscas con todo el mundo. Si mi amiga la histérica, como tú la llamas, no hubiera aparecido, probablemente tendrías roto algo más que una simple ceja. Adam es un armario, por si no lo has notado -y lo peor de todo es que la ha calado de lleno, pero no pienso darle esa satisfacción. Ni de coña.
-Bah, de todas formas, la última persona que pensaba que podía aparecer eras tú... Si llego a saber que había alguien que me conocía no hubiera...
-¿Qué? ¿Retado al armario con patas? ¿De verdad te parece divertido meterte con 4x4 de ese tamaño? ¿Es que no tienes sentido de supervivencia? Venga ya, Drew, no me vaciles.
-Hace más de 4 años que no nos veíamos, y la gente cambia mucho con el tiempo -me espeta, de repente con más dolor que rabia en la voz.
-Ah vale, o sea que has pasado de ser un buen tío a una brújula de problemas, estupendo.
<<Tengo que dejar de soltar esas metáforas y comparaciones...>>.
-Deja ya de llamarnos cosas raras a todos -<<oh, genial>>-. Han pasado muchas cosas desde que nos vimos por última vez, Cassie. Nadie elige en quién se convierte.
Quiero gritarle que no tiene razón, que meterse en líos no puede ser su pan de cada día, pero hay algo en su mirada que me dice que todo esto va más allá de lo que parece. Así que me limito a suspirar y me apoyo en la pared con los labios apretados para evitar seguir discutiendo. Sé que es una espiral de la que ninguno de los dos va a saber salir.
Él también se apoya en la encimera suspirando y pasamos un rato en silencio intentando calmarnos ambos dos. Esto es ridículo. Yo debería estar en la pradera con estos esperando a que empiece el próximo concierto, no en la cabaña discutiendo con un chico al que ya ni siquiera reconozco. ¿Qué puede haber pasado en 4 años para que haya cambiado tanto? 4 años parecen poco tiempo para que una persona pase de ser de una forma a otra completamente distinta en algo tan básico como la forma de reaccionar ante distintas situaciones. Aunque también es verdad que en 4 años pueden pasar muchas cosas... Yo misma he madurado mucho en tan solo 4 años, ya no soy tan inocente como antes y tengo bastante más carácter, pero mi forma de ser sigue siendo igual... Solo se ha acentuado. ¿Entonces...?
-Creo que será mejor que me vaya -dice entonces Drew, rompiendo mi hilo conductor y haciendo que me olvide de dónde me había quedado-.  Mis amigos deben de estar esperando que aparezca, todavía les debo un par de cervezas y querrán su dinero.
<<¿Eso son amigos?>>
-¿Es más importante tu dinero que tu ceja rota? ¿En serio...? -levanto una ceja.
-No. Pero,  de todas formas... -deja escapar una media sonrisa demasiado atractiva- mi ceja ya no es un gran problema gracias a ti.
<<¡¡No te pongas roja ahora, pedazo de idiota!!>>.
-Ya, bueno... De nada -y, muy a mi pesar, soy incapaz de no devolverle la sonrisa.
-¿Te veo luego?
-Si tienes unas gafas de visión nocturna... -intenta levantar la ceja rota pero hace un gesto de dolor y la baja, y no puedo reprimir una risita absurda-. Sí, puede que sí. Pero si te vuelvo a pillar en una pelea, esta vez no pienso sacarte. Y si te rompen la otra ceja, procuraré evitar sentirme mal por ello, sobre todo si tú solito te lo buscas.
Todavía no entiendo por qué mi intimidante dedo índice señalando su cara le ha hecho reírse de esa manera.
-Vale, gatita, guarda las uñas. Hasta luego -¡y se va! ¡Será posible! Es la última vez que se ríe de mí y me deja con la palabra en la boca. ¡La última!
-¿Qué dices? -pregunta alguien de repente y me hace saltar del susto. Tess está en el marco de la puerta con esa sonrisa irónica que sabe que odio en toda la cara.
-¿Eh? ¿Yo? Nada. Quita esa cara de tonta -pero en vez de quitarla se ríe con ganas. Será idiota... Me apresuro a recoger los restos del botiquín que había dejado fuera.
-Venga, gatita, ¡que estamos todos fuera esperándote para ir a la pradera!
Menos mal que ha salido a tiempo de la cabaña, porque esa zapatilla voladora le habría dado en todo el culo y no habría habido quien parara la pelea de almohadas que vendría después...