jueves, 9 de diciembre de 2010

Como un pájaro enjaulado que no puede salir.
Como un perro atado a un poste y que no puede huir.
Como una mariposa herida que no puede volar.
Como una liebre atrapada que no puede escapar.
Como un avión al que se le ha roto un motor y no puede despegar.
Como una planta tapada que no puede respirar.
En definitiva, como un callejón sin salida...

Y es que necesito salir, necesito escapar. Me siento atrapada, y eso me agobia.
Déjame huir. Déjame ser libre por fin. Y prometo que aprovecharé hasta el último minuto, que me serviré de todos mis alientos para ser feliz y cumplir con mi parte del trato.
Que no estoy hecha para estar encerrada, que encerrada u oprimida no valgo nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario